



Esto sí que me gusta... viajar por los campos recorriendo caminos de tierra que no figuran en los mapas y llegar a las escuelas donde todo se me vuelve caja de sorpresas.
¡Se vive tan distinto , tan mundo como de estreno, tan simple y a puro corazón!...
Para el Encuentro se juntan varias escuelas y ese día es para compartir cuentos , afectos y tortas caseras . Es un recreo para el alma.
Esas varias escuelas que se reúnen juntan menos de 20 alumnos donde todos se conocen y son amigos.
Las maestras, los alumnos y las mamás son una familia .
Cada docente es directora, maestra, portera, cocinera...
Desde las ventanas de la escuela anfitriona se puede ver el campo, los animales que pastan sin apremio y los pájaros que se acercan sin temor al patio para comer las migas caídas.
La bandera inunda el aire de la mañana con sus colores y el sol se cuela entre los paños.
Una vaca muge detrás del alambrado y nos saluda sacudiendo la cola.
Me siento inmensamente feliz y no tengo palabras de agradecimiento para las docentes que me invitan porque en sus escuela leen mis cuentos y sus alumnos me quieren conocer...¿qué mejor premio puedo pretender?
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